La iniciativa de África para producir sus propias vacunas: Liberarse de la dependencia global

Ciencia y Tecnología

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Resumen de noticias

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Las naciones africanas están acelerando los esfuerzos para establecer capacidades de fabricación local de vacunas tras las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19. Actualmente, África importa el 99% de sus vacunas, dejando al continente vulnerable durante emergencias sanitarias globales. Varios países, incluidos Sudáfrica, Ruanda, Senegal y Egipto, están construyendo instalaciones de producción de vacunas con el apoyo de socios internacionales. La Unión Africana ha establecido un ambicioso objetivo para que el continente fabrique el 60% de sus necesidades de vacunas para 2040. Las iniciativas clave incluyen centros de transferencia de tecnología, programas de capacitación para científicos y asociaciones con empresas farmacéuticas establecidas. A pesar de los desafíos, como la infraestructura y la financiación limitadas, se está avanzando, y se espera que varias instalaciones comiencen la producción para 2026. Este movimiento representa un paso crucial hacia la soberanía sanitaria y podría salvar millones de vidas en futuras pandemias.

Fuente: Global Voices

Nuestro comentario

Antecedentes y contexto

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Durante décadas, África ha dependido casi por completo de las vacunas importadas, creando una peligrosa vulnerabilidad. Cuando el COVID-19 golpeó en 2020, esta dependencia se convirtió en una cuestión de vida o muerte. Mientras que las naciones ricas aseguraban vacunas para sus poblaciones, los países africanos esperaban durante meses los suministros. Para cuando llegaron las vacunas, las nuevas variantes ya se habían propagado, y millones habían sufrido o muerto por enfermedades prevenibles.

El problema va más allá del COVID-19. África soporta el 24% de la carga mundial de enfermedades, pero produce menos del 1% de las vacunas consumidas en el continente. Esto significa que durante cualquier brote, ya sea de fiebre amarilla, meningitis o ébola, las naciones africanas deben competir en los mercados globales, donde a menudo son superadas por países más ricos. Los 1.300 millones de habitantes del continente merecen un mejor acceso a los medicamentos que salvan vidas.

Análisis de expertos

Los economistas de la salud calculan que la producción local de vacunas podría transformar el panorama sanitario de África. Actualmente, la importación de vacunas cuesta a los gobiernos africanos aproximadamente $1.500 millones anuales, sin incluir los gastos de transporte y almacenamiento. La producción local reduciría los costos en un 40% estimado, al tiempo que crearía miles de empleos especializados.

El proceso de transferencia de tecnología es complejo, pero alcanzable. Requiere no solo construir fábricas, sino también capacitar a los científicos, establecer sistemas de control de calidad y cumplir con los estándares internacionales de seguridad. El centro de transferencia de tecnología de ARNm de la Organización Mundial de la Salud en Sudáfrica sirve como modelo, enseñando a los científicos africanos a producir vacunas contra el COVID-19 utilizando la misma tecnología que las vacunas de Pfizer y Moderna.

Datos adicionales y hechos

Las iniciativas actuales de fabricación de vacunas en todo África incluyen:

Biovac de Sudáfrica: Asociándose con Pfizer para producir 100 millones de dosis de vacunas anuales para 2026

Instalación de BioNTech en Ruanda: Primera planta de vacunas de ARNm en África, que comenzará a construirse en 2022

Institut Pasteur de Senegal: Desarrollando capacidad para producir vacunas contra la fiebre amarilla y el COVID-19

VACSERA de Egipto: Ampliando la producción para incluir múltiples tipos de vacunas

La Unión Africana estima que alcanzar el 60% de producción local de vacunas para 2040 requeriría $20 mil millones en inversión y la capacitación de 25,000 trabajadores especializados. Si bien es sustancial, esta inversión se pagaría a sí misma en una década a través de la reducción de los costos de importación y la mejora de los resultados de salud.

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El impulso para la fabricación de vacunas se conecta con los esfuerzos más amplios de industrialización de África. La Zona de Libre Comercio Continental Africana, lanzada en 2021, facilita el comercio de suministros médicos entre los países africanos. Mientras tanto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África han establecido una red de vigilancia de enfermedades en todo el continente para identificar y responder rápidamente a los brotes.

El apoyo internacional está creciendo. La Unión Europea ha prometido €1,000 millones para apoyar la fabricación de vacunas en África, mientras que los Estados Unidos se han comprometido a compartir la tecnología de las vacunas a través de la OMS. Sin embargo, algunas empresas farmacéuticas siguen siendo reacias a compartir información de propiedad intelectual, citando preocupaciones sobre los derechos de propiedad intelectual.

Resumen

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La búsqueda de África por fabricar sus propias vacunas representa más que una iniciativa de salud: se trata de dignidad, autosuficiencia y salvar vidas. La pandemia de COVID-19 expuso las mortales consecuencias de depender de otros para obtener medicamentos esenciales. Ahora, las naciones africanas están tomando medidas concretas para asegurarse de que nunca más sean las últimas en la fila para las vacunas que salvan vidas. El éxito requerirá una inversión sostenida, la cooperación internacional y la voluntad política, pero los beneficios potenciales, como salvar millones de vidas y tener un continente más saludable y próspero, convierten a esta en una de las prioridades de desarrollo más importantes de África.

Reacción pública

Los trabajadores de la salud y los ciudadanos africanos han expresado un fuerte apoyo a la producción local de vacunas. El Dr. John Nkengasong, ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, lo calificó como “una cuestión de vida o muerte para nuestro continente”. Las campañas en las redes sociales con hashtags como #HechoEnÁfrica y #EquidadEnVacunas han ganado millones de seguidores. Los jóvenes científicos africanos están eligiendo cada vez más quedarse en el continente en lugar de emigrar, viendo oportunidades en el creciente sector de la biotecnología.

Preguntas frecuentes

P: ¿Por qué África no puede seguir importando vacunas como antes?
R: La pandemia de COVID-19 demostró que, durante las emergencias, los países ricos acaparan las vacunas disponibles primero, dejando a África esperando. La producción local garantiza que las vacunas estén disponibles cuando se necesiten, reduce los costos y crea empleos. Es como tener su propio pozo de agua en lugar de depender de los vecinos durante una sequía.

P: ¿Cuánto tiempo lleva construir una fábrica de vacunas?
R: Construir la instalación física lleva de 2 a 3 años, pero crear un sistema de fabricación de vacunas plenamente operativo lleva de 5 a 7 años. Esto incluye capacitar al personal, obtener las aprobaciones reglamentarias, establecer las cadenas de suministro y cumplir con los estándares internacionales de calidad. Es como construir no solo una cocina, sino también capacitar a los chefs y crear recetas completas desde cero.

P: ¿Serán tan seguras las vacunas fabricadas en África como las importadas?
R: Sí. Todas las vacunas deben cumplir con los mismos estrictos estándares internacionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud, independientemente de dónde se fabriquen. Las instalaciones africanas se someterán a las mismas inspecciones rigurosas y controles de calidad que las fábricas de Europa o América. Varios países africanos ya producen con éxito otros medicamentos que cumplen con los estándares globales.

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