Ciudadanos de Myanmar dudan de la promesa militar de elecciones y paz

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Resumen de noticias

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El gobierno militar de Myanmar, conocido como la junta, ha anunciado planes para celebrar elecciones en 2025 y prometido restaurar la paz en el país. Sin embargo, los ciudadanos de todo Myanmar expresan un profundo escepticismo sobre estas promesas. Desde que se apoderaron del poder en un golpe de Estado el 1 de febrero de 2021, los militares se han enfrentado a una resistencia generalizada de grupos pro-democráticos y organizaciones armadas étnicas. La junta ha prorrogado repetidamente el estado de emergencia y aplazado las elecciones mientras lucha contra las fuerzas de oposición que ahora controlan partes significativas del país. Muchos birmanos señalan que los militares han incumplido promesas similares en el pasado y continúan arrestando a opositores políticos, restringiendo las libertades y llevando a cabo ataques aéreos en áreas civiles. Con la guerra civil en curso, millones de desplazados de sus hogares y la economía en ruinas, los ciudadanos ven pocas razones para creer en las últimas garantías de la junta sobre la transición democrática o las negociaciones de paz.

Fuente: The Irrawaddy a través de Global Voices

Nuestro comentario

Antecedentes y contexto

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Para comprender por qué la gente de Myanmar no confía en su gobierno militar, debemos examinar la historia del país. Myanmar (anteriormente llamado Birmania) obtuvo la independencia de Gran Bretaña en 1948, pero ha pasado la mayor parte de su historia bajo el dominio militar. Los militares, conocidos como el Tatmadaw, tomaron el poder por primera vez en 1962 y gobernaron con mano de hierro durante casi 50 años.

Un breve período de democracia comenzó en 2011 cuando los militares permitieron algunas reformas y elecciones. Aung San Suu Kyi, una activista por la democracia que pasó 15 años bajo arresto domiciliario, llevó a su partido a la victoria en 2015. Sin embargo, los militares mantuvieron el control de puestos clave del gobierno y el 25% de los escaños del parlamento. Cuando su partido obtuvo una victoria aún mayor en noviembre de 2020, los militares alegaron fraude (sin pruebas) y se apoderaron del poder nuevamente el 1 de febrero de 2021.

Análisis de expertos

Las promesas de los militares carecen de credibilidad porque han incumplido compromisos similares repetidamente a lo largo de la historia de Myanmar. Después de las elecciones de 1990, cuando el partido de Aung San Suu Kyi ganó abrumadoramente, los militares simplemente se negaron a entregar el poder. Prometieron elecciones “cuando el país estuviera estable”, pero las fueron posponiendo durante 20 años.

La resistencia actual es sin precedentes en su escala y unidad. A diferencia de los movimientos democráticos anteriores, principalmente en las ciudades, la oposición de hoy incluye áreas rurales, minorías étnicas y jóvenes que utilizan tanto protestas pacíficas como resistencia armada. Los militares han perdido el control de aproximadamente 50% del territorio de Myanmar ante las fuerzas de oposición, lo que hace imposible celebrar elecciones justas en todo el país.

Datos adicionales y hechos

El costo humano de la crisis de Myanmar es abrumador:

• Más de 5,300 civiles asesinados por las fuerzas de seguridad desde el golpe de Estado

• Más de 26,000 personas arrestadas, incluidos funcionarios electos, activistas y periodistas

• Aproximadamente 3 millones de personas desplazadas de sus hogares debido a los combates

• La economía se ha contraído en un 30%, y la moneda ha perdido la mayor parte de su valor

• Más de 18 millones de personas necesitan asistencia humanitaria

Los militares controlan las principales ciudades, pero enfrentan ataques diarios de grupos de resistencia. Los bancos apenas funcionan, los hospitales carecen de suministros y muchas escuelas permanecen cerradas. En estas condiciones, celebrar elecciones libres y justas es prácticamente imposible.

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La presión internacional sobre los militares de Myanmar continúa creciendo. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha excluido a los líderes de la junta de las reuniones de la cumbre desde 2021. Las Naciones Unidas han condenado la violencia y exigido la restauración de la democracia. Muchos países occidentales han impuesto sanciones a los líderes militares y sus empresas.

Mientras tanto, algunos países como China y Rusia mantienen relaciones con la junta, vendiendo armas y brindando apoyo diplomático. Esta división internacional dificulta la resolución de la crisis de Myanmar, ya que los militares pueden sobrevivir a pesar de las sanciones occidentales.

Resumen

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El escepticismo de la gente de Myanmar sobre las promesas de la junta se debe a décadas de compromisos incumplidos y a la realidad actual de violencia generalizada y pérdidas militares. Las palabras de los militares sobre elecciones suenan huecas cuando continúan arrestando a opositores, bombardeando aldeas y perdiendo territorio ante las fuerzas de resistencia. Para los 55 millones de birmanos, especialmente para la joven generación que probó la democracia, aceptar el dominio militar nuevamente parece imposible. Hasta que los militares muestren una voluntad genuina de negociar con los grupos de oposición y detengan la violencia contra los civiles, sus promesas de elecciones y paz seguirán siendo palabras vacías en las que pocos ciudadanos birmanos creerán.

Reacción pública

Las publicaciones en redes sociales desde el interior de Myanmar, a pesar de las restricciones de Internet, muestran un generalizado menosprecio por los anuncios de la junta. Los ciudadanos comparten memes que comparan las promesas militares con cuentos de hadas y documentan la violencia diaria que contradice los reclamos de paz. Los jóvenes, en particular, expresan determinación para continuar con la resistencia, con lemas como “Nunca nos arrodillaremos” y “La Revolución de Primavera debe ganar” que aparecen en muros y pancartas de protesta en todo el país.

Preguntas frecuentes

P: ¿Qué es una junta militar?
R: Una junta es un grupo de oficiales militares que gobiernan un país después de tomar el poder por la fuerza, generalmente a través de un golpe de Estado. Gobiernan sin ser elegidos y a menudo suspenden las leyes normales y los derechos democráticos. Piénselo como cuando el ejército decide convertirse en el gobierno sin preguntarle a la gente.

P: ¿Por qué el ejército de Myanmar organizó un golpe de Estado en 2021?
R: Los militares alegaron que las elecciones de noviembre de 2020 fueron fraudulentas, pero los observadores internacionales dijeron que las elecciones fueron libres y justas. La razón real parece ser que el partido de Aung San Suu Kyi obtuvo una victoria tan abrumadora (83% de los escaños) que los militares temían perder su poder y privilegios restantes.

P: ¿Qué quiere la gente de Myanmar?
R: La mayoría quiere el regreso a un gobierno democrático, la liberación de los presos políticos y el fin de la violencia militar. Los jóvenes, en particular, exigen una democracia federal que otorgue más autonomía a las minorías étnicas. Han demostrado un coraje notable, sabiendo que arriesgan el arresto o la muerte por oponerse a los militares, porque creen que su futuro depende de poner fin al dominio militar.

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