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Resumen de noticias
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Cerrar la brecha de empleo de género para las personas con discapacidad no solo es una cuestión de justicia social, sino que también tiene importantes implicaciones económicas. Datos del Banco Mundial citados por la organización benéfica británica Sightsavers International indican que el PIB mundial podría aumentar de $106 billones a $127 billones si las mujeres fueran empleadas a la misma tasa que los hombres. No cerrar las brechas de empleo de género reduce el crecimiento económico de un país en un promedio del 20%.
Las mujeres, especialmente las que tienen discapacidades, se enfrentan a múltiples desafíos a la hora de buscar empleo o iniciar un negocio, incluida la discriminación de género, la falta de educación y habilidades, y las barreras culturales. Los expertos sugieren que empoderar a las niñas a través de la educación y eliminar las leyes y regulaciones discriminatorias son clave para reducir la brecha de empleo de género. Lianna Jones de Sightsavers enfatiza la necesidad de intervenciones coordinadas a múltiples niveles, incluidas las reformas políticas y el cambio cultural, para abordar este problema.
Al abordar las causas fundamentales de la discriminación de género y crear entornos inclusivos, los países pueden liberar todo el potencial económico de las mujeres con discapacidad. En última instancia, invertir en la inclusión y el empleo de las mujeres con discapacidad puede generar dividendos sustanciales para los individuos, las comunidades y las economías nacionales.
Fuente: VOA África
Nuestro comentario
Antecedentes y contexto
El tema de la desigualdad de género en el empleo ha sido un desafío de larga data, y se vuelve aún más pronunciado cuando se cruza con la discapacidad. Las mujeres con discapacidad a menudo enfrentan una “doble desventaja”: navegar por las barreras tanto de género como de discapacidad en el mercado laboral. Esta disparidad no solo afecta las oportunidades individuales, sino que también tiene importantes implicaciones económicas para los países.
Análisis de expertos
Los expertos sugieren que empoderar a las niñas a través de la educación y eliminar las leyes y regulaciones discriminatorias son clave para reducir la brecha de empleo de género. Lianna Jones de Sightsavers enfatiza la necesidad de intervenciones coordinadas a múltiples niveles, incluidas las reformas políticas y el cambio cultural, para abordar este problema. Al abordar las causas fundamentales de la discriminación de género y crear entornos inclusivos, los países pueden liberar todo el potencial económico de las mujeres con discapacidad.
Datos adicionales y hechos
Según datos del Banco Mundial citados por la organización benéfica británica Sightsavers International, el PIB mundial podría aumentar de $106 billones a $127 billones si las mujeres fueran empleadas a la misma tasa que los hombres. No cerrar las brechas de empleo de género reduce el crecimiento económico de un país en un promedio del 20%. Esto subraya los sustanciales beneficios económicos que podrían obtenerse al abordar la brecha de empleo de género, particularmente para las personas con discapacidad.
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El tema del género y la discapacidad en el empleo no se limita al Reino Unido. Desafíos similares se han reportado en otras partes del mundo. Por ejemplo, un estudio de la Organización Internacional del Trabajo encontró que las mujeres con discapacidad en los países en desarrollo tienen menos probabilidades de estar empleadas en comparación con los hombres con discapacidad o las mujeres sin discapacidad. Abordar este desafío global requiere un esfuerzo concertado de los responsables políticos, los empleadores y las organizaciones de la sociedad civil.
Resumen
Cerrar la brecha de empleo de género para las personas con discapacidad no solo es una cuestión de justicia social, sino que también tiene importantes implicaciones económicas. Al empoderar a las mujeres con discapacidad a través de la educación, las reformas políticas y el cambio cultural, los países pueden liberar todo su potencial económico y generar un crecimiento sostenible. El camino a seguir requiere un enfoque integral y coordinado que aborde los desafíos interseccionales que enfrenta este grupo marginado. En última instancia, invertir en la inclusión y el empleo de las mujeres con discapacidad puede generar dividendos sustanciales para los individuos, las comunidades y las economías nacionales.